Los ejércitos son aquellas instituciones encargadas de la defensa o ataque militar de un Estado. Como tal, cada país define la estructura que debe tomar, así como el tipo y cantidad de unidades que lo formarán, su composición, sus misiones y su equipo.
Las fuerzas armadas de cada país pueden estar formadas por ciudadanos reclutados mediante un sistema de servicio militar obligatorio, por soldados profesionales de carácter voluntario, o por una combinación de ambos sistemas.
Los ejércitos tienen una estructura jerárquica estricta, basada en unidades militares y un sistema de escalafón formado por militares de distintos rangos. El mando supremo suele ser el jefe del estado o la persona en quien delegue, aunque siempre influenciado por el ministerio de defensa, que es el organismo estatal de un país que se encarga de dirigir y organizar a las Fuerzas armadas, cuidar del abastecimiento y guarnición de las plazas y de cuanto concierne a la defensa del Estado.
Los Estados tienen una característica esencial: la soberanía, esto es, la facultad de implantar y ejercer su autoridad de la manera en la que lo crean conveniente. Para que el ejercicio de la soberanía por parte de los Estados no perjudique a otras naciones, se crean límites definidos en porciones de tierra, agua y aire. En el punto preciso y exacto en que estos límites llegan a su fin es cuando se habla de fronteras.
El deber del ejército es cubrir esa soberanía territorial ante posibles ataques externos. También entra en su deber las guerras civiles o estados de alerta en el país. Y ya fuera de las fronteras… invadir países.